La legibilidad guarda directa relación con la forma en que el texto se presenta al lector. Esto quiere decir; cuidar criterios como aspecto formales, espaciales y de lectura, en pos de generar un ritmo agradable, y un gris tipográfico homogéneo que propicie una lectura fluída.
La lecturabilidad se puede definir como la “facilidad que ofrecen los textos escritos para ser comprendidos sin necesidad de realizar grandes esfuerzos”, y se basa en criterios lingüísticos y funcionales, además de en la habilidad lectora, experiencia previa asociada al tema, y contexto cultural del lector.